viernes, febrero 07, 2014

¡¡¡AYYYY!!!! LOS ESTUPIDOS CUENTOS DE HADAS. ARTICULO DE PETRA SAVIÑON. REPUBLICA DOMINICANA

En los últimos tiempos se ha extendido la idea de que todos podemos opinar sobre cualquier tema con la seguridad de un experto formado. La extensión de las redes de información y un cierto desprecio de la consideración de la ciencia y la formación especializada, provoca que todo el mundo se siente capacitado y justificado para decir cualquier cosa. Esto es más grave cuando se hace en los medios de comunicación y con un supuesto tono seudocientífico por gente que se considera profesional.

En esta ocasión tenemos el articulo de una periodista que nos habla de los cuentos de hadas sin tener en cuenta los elementos simbólicos y sin conocer la realidad de la mayoría del corpus de los cuentos de hadas existentes. Es el caso una persona que se ha leído algún libro de recopilación de cuentos de hadas, que está realizado sobre otra recopilación (y así en varias copias y re - copias) y sin investigar más, ni informarse por expertos, decide que es una experta en el tema y ya puede ponderar.

Un poco de seriedad por favor. Aquí os ponemos el articulo completo:


Cuando al rey se le pierde un objeto de valor, cuando necesita que un caballero, un astuto hombre de pueblo o un adivino lo saque de apuros, ofrece su más valioso tesoro: la mano de su hija.

La hermosa princesa será entregada a aquel que logre obtener lo que su majestad, por falta de inteligencia, de valor, de astucia o de fuerza no consigue por sí solo.

Quizás porque está acostumbrado a que otros piensen por él, ese monarca de los cuentos de hadas no repara en el absurdo de ceder a su prole, a cambio de lograr un propósito.

Es el patrón que nos han enseñado los ilógicos cuentos de hadas, cuyas protagonistas, de común, son niñas dadas en matrimonio a desconocidos, en acciones inconsultas.

El reforzamiento de la condición vulnerable de los seres que no deciden, que no piensan, que deben dejarse llevar.

Ese modelo, con drásticos pero igual de negativos cambios, es el que ahora venden los canales de televisión infantiles. Lindas princesitas, llenas de hermosos vestidos, de joyas, de juguetes caros.

El afán de sacar provecho a la irresistible atracción de la realeza es promovida por esos medios, que no reparan en incentivar a las niñas a convertirse en hermosas princesas, que las bombardean con comerciales que las incitan a comprar accesorios y muñecas, a las que pueden vestir como las herederas de la corona.

Las niñas asimilan ese patrón y se esfuerzan para alcanzar comportamientos dignos de una reina. Practican con sus amigas las más diversas poses y reacciones a situaciones incómodas.

Para los varones también el mercado tiene una amplia oferta.

Así, los pequeños son incentivados a comprar armaduras, espadas, capas y cuanto artículo necesiten para ser verdaderos caballeros que defiendan al reino, o para ser ellos mismos los propios defendidos por terceros.

¿Acaso presenciamos la construcción del reino de la vanidad, de los seres humanos-objeto, una caja vacía de la que salen símbolos nimios, pobres, envueltos en el afán de una sociedad insaciable, arrastrada al consumismo absurdo?.

¿Es el espacio del comercio de las ideas, la zona creada por los que en el interés de obtener ganancias retoman e inculcan modelos dañinos, que debieron quedar en el desfase, que jamás debieron implantarse?.

Niños y niñas convertidos en adultos precoces, que cuando alcanzan esa etapa no saben manejarla, porque la careta de “gente grande” no les dura para siempre, porque la desprende el más ligero viento.

¿Quién necesita una sociedad con esas características? ¿A quién beneficia esa indigencia mental que nos destruye, que confunde y suplanta los valores, al punto de que sin identidad, asumimos que somos lo que otros quieren formar?

FUENTE: AL MOMENTO

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