lunes, enero 31, 2011

SEGUNDO FESTIVAL DE CUENTOS DE CÁCERES. EXTREMADURA

Después de años en Madrid preparándose en escuelas de teatro y de circo y trabajando mucho en compañías como La Fura dels Baus, Samarkanda o Morboria, Céssar Hernández apuesta por Extremadura y prepara ya el segundo festival de cuentos que el año pasado gozó en Cáceres de gran aceptación. La previsión es que la cita se celebre en torno al 1 de octubre durante cuatro o cinco días, con sesiones de mañana y tarde en el Gran Teatro destinadas a colegios y niños durante el jueves y el viernes, así como sesiones multitudinarias el fin de semana repartidas entre el Gran Teatro, la plaza Mayor, Arabia Riad y La Machacona.

Céssar recuerda cómo el año pasado las sesiones de cuentacuentos del palacio de Carvajal tuvieron mucho público. En aquella ocasión colaboraron las librerías Bujaco, Pléyades y Figueroa, que cedieron libros para el concurso de cuentos amateurs. También participaron la Junta de Extremadura y el ayuntamiento. La intención de este año es sumar nuevas ayudas de entidades financieras o instituciones privadas "para tener --explica el actor-- un festival de calidad como el de Guadalajara o el de Madrid".

Céssar señala que en Cáceres escasean las actividades culturales destinadas a niños y jóvenes, y que con su propuesta pretende cambiar esta dinámica. Y es que el cuento es una salida que sigue contando con adeptos, un género que ahora, digamos, se ha modernizado para captar nuevos clientes. Y sobre eso reflexiona Céssar: "Hay una evolución en la puesta en escena aunque cuentos como Caperucita Roja o Los tres cerditos siguen siendo los mismos".

¿Y en que consiste esa modernización? "El cuento tradicional no se pierde, así que la novedad se refiere básicamente a lo gestual. Los cuentos de Haendel o de los hermanos Grimm seguirán siempre vigentes, pero la puesta en escena se modifica para sorprender, con luces, malabares, sonido, magia...".

El público como parte

Todas esas técnicas ayudan a que el cuento continúe siendo actual, sin perder su narración, su leyenda, su moraleja. La implicación con el público también es fundamental: invitarlo a que participe, interactuar. En ese momento el adulto se da cuenta de lo importante que el cuento es para el niño, "porque los cuentos --dice Céssar-- son el aprendizaje de la vida, se basan en valores como la honestidad, la fortaleza, la valentía".

Y aunque la concepción del cuento haya cambiado y se apueste por él como una forma de espectáculo y de ocio, "también sigue siendo un camino para el aprendizaje real y eso no se va a perder nunca, aunque esté el móvil o internet".

FUENTE: EL PERIÓDICO DE EXTREMADURA

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