miércoles, mayo 12, 2010

A VUELTAS CON LOS CURSOS Y TALLERES DE NARRACIÓN ORAL

Lo hemos dicho y lo diremos las veces que sean necesarias. Los cursos de narración oral no son útiles para el oficio: no sirven para crear buenos narradores y generan una competencia desleal y poco preparada que esta destruyendo este arte. No es posible que con un curso de unas pocas horas salgan narradores preparados, ni siquiera en cursos de muchas horas se consigue ese objetivo. Solo con un trabajo de aprendizaje continuado y tutelado se puede progresar por un proceso de prueba error tutelado. La practica totalidad de los cursos existentes en la actualidad solo sirven para generar ingresos para los ponentes, satisfacernos el ego y cositas así. Pero todo esto no compensa con los efectos negativos, competencia desleal e ilegal, imagen negativa de "cuentacuentos" sin preparación, ni formación. Ya hemos hablado de los efectos perversos que estas actividades han generado en otros países (Inglaterra, Francia...) donde ya se han dado estos procesos y ahora están en otra fase. Sinceramente nos gustaría que los compañeros que imparten esos cursos se detuvieran a pensar lo que han dejado atrás y nos dieran sus razones y estadísticas de lo conseguido. No estamos en contra de cursos especializados, ni para educadores, ni la aparición de compañeros noveles...pero a los profesionales actuales les pediría que miren un poco más allá de su propio ombligo y de su bolsillo. O estaremos condenados a esa mala imagen que se esta desarrollando de este oficio.

Y lo digo con todo el respeto a la profesionalidad de algunos compañeros que imparten estos cursos, como este que hemos encontrado estos días, impartido por Mercedes Carrión (a la que queremos y que vendrá próximamente a La Luna) y que os ponemos toda la noticia para no ser parciales:



TALLER DE INICIACIÓN A LA NARRACIÓN ORAL
El objetivo: conocer algunas herramientas de la oralidad para aplicarlas al relato a viva voz tanto de cuentos (literarios, orales o de creación propia) como anécdotas…
Los contenidos: procedimientos para versionar y herramientas para contar.
Nos centraremos en la creación de las imágenes del relato partiendo de nuestra propia imaginería (“la carne” del cuento) y en la estructura del mismo (esqueleto o si se quiere “el animal” del cuento). Intentaremos además ir descubriendo “qué queremos contar”. Trabajaremos, a modo de calentamiento, algo de expresion corporal, improvisación de cuentos, etc.
Todo el taller es práctico y será muy útil llevar a la primera sesión algún relato que se quiera trabajar o en su defecto algún cuento clásico de los de toda la vida que recordemos de nuestra infancia; y ropa cómoda.
Número de asistentes: mínimo de 8 personas y máximo de 14 (otros casos a conversar).
Horarios: Se ofrecen 2 posibilidades de taller, una de mañana y otra de tarde. El taller consiste en 4 sesiones de dos horas cadda una (un total de 8 horas de taller). Las opciones son:
1) Los días miércoles 19 y jueves 20 de mayo y los días miércoles 2 y jueves 3 de junio de 11 a 13 horas.
2) Los días miércoles 19 y jueves 20 de mayo y los días miércoles 2 y jueves 3 de junio de 20 a 22 horas.

No queremos tener razón, nos gustaría abrir un debate sobre el tema, pero hoy por hoy y después de hablar con compañeros europeos de Irlanda, Inglaterra, Francia, Suecia...hemos llegado a las mismas conclusiones. O terminamos o reconvertimos esta practica o estamos cavando nuestra propia tumba.

2 comentarios:

El Cuento - Ipuina dijo...

Hola Carles,
primero decirte que sigo habitualmente vuestro blog y que hacéis un gran trabajo; es uno de los blogs donde más información se puede encontrar sobre narración. Veo que la gente no suele dejar comentarios y, por eso, alguna vez que quería dejar alguno, me he echado atrás, pero yo también tengo un blog y sé que gusta que te los dejen así que hoy me he animado a comentar este post

Soy narradora, aunque no con excesiva experiencia, pero estoy en mi camino.Estoy de acuerdo con que no se puede aprender a contar en un curso de unas horas, sobre todo porque no creo que nadie pueda enseñar a contar a nadie. Contar se cuenta desde uno mismo y cada uno tiene que sacar lo que tiene dentro. Creo que todos sabemos contar historias porque eso es lo que ha hecho el hombre desde tiempos ancestrales. Aunque, tal vez, esos cursos proporcionen un espacio para quien no se atreve o se cree que no sabe contar; me he encontrado con profesoros y hasta con padres, que no cuentan cuentos porque creen que no saben. Aún así, me siguen sin convencer mucho, pero con lo que no estoy de acuerdo es con lo de la prueba error tutelado. No comparto lo del aprendizaje tutelado porque no creo que ninguna persona le pueda decir a otra cómo contar. Creo que uno aprende de sí mismo y lo que hace a un buen narrador es la experiencia, junto con la pasión y la honestidad y, por supuesto, el trabajo porque aunque la gente crea que no, esto lleva mucho trabajo.

CARLES GARCÍA dijo...

Tienes razón en que todos podemos contar, es más creo que todos deberíamos contar. Pero no se trata de eso de lo que yo hablo. Se trata de cuando se narra profesionalmente, frente a un auditorio...en ese caso ya no vale hacerlo de forma espontanea, sino que se necesitan unos recursos teatrales, vocales, escénicos muy importantes. La narración como placer y transmisor de sensaciones en la familia, escuela...y otros ámbitos próximos solo precisa del deseo de hacerlo, por eso me parecen muy bien los cursos dirigidos a padres, profesores... Pero insisto en que es completamente diferente el trabajo escénico, para hacerlo con profesionalidad, calidad y respeto la publico; para estar a la altura de otras artes escenicas (teatro, clown, circo...) es necesaria una formación profunda y prolongada. Y si en ese proceso alguien puede ayudarnos, tutelarnos, indicarnos...mucho mejor. Para mi los cuentos como espectáculo no es una ciencia infusa que se aflora en 8 horas, es algo más complejo. Yo vengo de una familia de narradores, cuento desde hace 28 años y continuo aprendiendo constantemente y si encuentro profesores que me pueden tutelar en aspectos concretos me siento un afortunado. Una cosa es el sentimiento del cuento y otra su puesta en escena.