lunes, agosto 17, 2009

EL ARTE DE CONTAR. ARTICULO SOBRE UN NARRADOR AFICIONADO. ARGENTINA

Raúl Cuevas vecino de Avellaneda, ejerce la docencia como profesor de contbilidad y es narrador de textos, su otra pasión.
¡Atención lector desprevenido! Si escucha Ud. al pasar: «Raúl, contate un cuento», no vaya a pensar que él va a contar un chiste. Tampoco desconfíe de su persona, si alguien lo señala como un «cuentero». Le aseguro que el Sr. Cuevas es una persona honesta y decente –docente, también- y lejos está de ser un «chanta», «charlatán» o «chamuyero». Créame lo que le digo, estimado lector. Porque la historia que sigue, no es cuento...

Raúl Eduardo Cuevas es narrador oral y cuentacuentos. Nació en Lanús, pero vivió desde siempre en el avellanedense barrio de Piñeiro. Desde los veinte años ejerce la docencia como profesor de contabilidad –según él, contando números- y desde hace cinco que también dedica buena parte de su tiempo a su otra pasión: contar cuentos.

«Cuento cuentos para chicos, para adultos y para toda la familia también. En cuanto al género, la Argentina tiene su particularidad. Los narradores argentinos contamos textos de autor. Es algo muy literario. A diferencia de donde surge la narración oral, pero como una cuestión social. Por ejemplo, en Centroamérica, se cuentan muchos textos por tradición oral. Que se van pasando de generación en generación. Con su teléfono descompuesto, ¿No? Aunque, felizmente algunas personas se sientan a escribir textos de tradición oral, y uno puede encontrar la versión escrita de «fulano de tal» que permite conservar un poco mejor la idea original. Eso se parece más a lo que aquí consideramos mitos o leyendas. Nosotros -nuestro público también- buscamos al autor. Y al final de un espectáculo decimos el título del cuento y el autor, para que la gente vaya a la biblioteca, o a la librería a buscar el texto. En general, la gente quiere el texto», explicó Cuevas.

«La narración oral no tiene mucho tiempo en la Argentina. Fue bajando desde Centroamérica hasta llegar a nuestro país. En la década del 60´, desde la docencia, se empezó a tratar de pasar la técnica a las maestras jardineras, pero con una función muy pedagogizante», continuó Raúl.

ARTICULO COMPLETO: LA CIUDAD DE AVELLANEDA

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