martes, junio 17, 2008

Guadalajara 2008

Allá que cojimos el petate y nos fuimos otra vez, la segunda, a Guadalajara.

Confieso ahora que iba con las reticencias de haber vuelto fascinado de la edición pasada: el lugar, los cuentos, las personas que contaban, los que escuchaban... Temía que mis expectativas para este año fueran demasiado altas.

Pero no. Porque quienes, como yo, disfrutamos de las palabras, en Guadalajara, durante un fin de semana cada año, tenemos un hogar, y una fiesta.

El Maratón de los Cuentos, como el árbol baobab que este año lo representaba, se ramifica a lo largo del día y de los días: El Maratón en la carpa, el Festival de Narración Oral, la Palabra Viajera, Chimenea de los Cuentos, Maratón de Ilustración, taller Cyrano... y más que me olvido.

Si el año pasado vivimos sobre todo el maratón propiamente dicho, este año nos hemos centrado en el Festival de Narración Oral, dedicado a la narración en África.

Estas sesiones que se desarrollan en el Teatro Moderno dan la oportunidad de escuchar cuentos y narradores que están fuera de los circuitos: dónde, fuera de aquí, podríamos escuchar a un bosquimano !xun contando cuentos en lengua San (el gran triunfador del Festival, sin discusión).
En mi humilde opinión, ha sido un acierto este año dedicar el festival a un tema monográfico, y dedicarlo a una parte del mundo donde la tradición oral está siendo preservada, donde se sigue manteniendo viva, aún no arrinconada por otras formas de comunicación y transmisión cultural.

En fin, que una vez más he vuelto de Guadalajara cargado de palabras, emociones, buenos recuerdos, y ganas de que llegue el 2009.


Agradecimientos:
en general, a los que mantienen vivo todo esto. Y en particular, a los que durante este fin de semana nos "adoptaron" y nos permitieron sentirnos un poco parte de ello: a Pablo, Pep, Boni, Joxemari, Domingo, Charo, Maite, Félix, Estíbaliz, Virginia... y especialmente a Carles (E), que nos cuida como una madre. Gracias a todos.

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