domingo, febrero 10, 2008

El jueves estuvo Eduardo Von en La Luna

Tras la larga pausa navideña volvimos el jueves a La Luna, a que nos cuenten cuentos, que es la segunda cosa que más nos gusta.

Desde México, nos trajo Eduardo Von dos cuentos: Macario, de Juan Rulfo y Mi vida con la ola, de Octavio Paz.

Puede paracer parco el programa para una sesión de cuentos de una hora larga (aunque más parcos los ha habido), pero hay que explicar cómo se desarrolló:

En la primera parte, Macario, pudimos ver el proceso de introspección que Eduardo realiza para acometer el personaje, el narrador que nos conduce por el relato, en este caso Macario, que nos habla de su quizá triste vida en primera persona. La caracterización, la música, los ejercicios que le permiten vestirse el personaje... todo ante nuestra mirada, haciendo a los escuchadores partícipes de la ceremonia. Del cuento qué puedo decir: de Juan Rulfo, duro, dramático sin ser macabro, con esa poesía de secano que tiene Rulfo; quienes lo conozcan sabrán a lo que me refiero, y quienes no, ya están tardando.

Tras la pausa cambió el registro hacia lo sentimental, con Octavio Paz (el artista va haciendo patria, cosa que le honra). En esta historia se transformó en maestro de ceremonias de un cuento que requirió una amplia participación del público asistente, y que fuimos contando, con mayor o menor acierto (somos tímidos e inseguros, pobres humanos al fin), entre todos. Un largo cuento vestido con una escenografía que en algunos momentos se vio ahogada por el espacio escénico disponible, diseñada para el escenario, más amplio, de una sala de teatro.

Una sesión diferente, de las que yo califico como "paralelas": música, títeres o, como en este caso, cuentos dramatizados. Otras formas de contar cuentos, que también nos dan pie para reflexionar. Aunque no ahora; más adelante.

Un apunte final:
lo comentaba con unos y con otros, que me resulta curioso, curiosísimo, lo del público... (nada malo, tranquilos, sólo curioso)

2 comentarios:

CARLES GARCÍA dijo...

Luis,

Tenia curiosidad por leer tu critica. No pude asistir a la sesión y he oído muchas cosas. Pero me has dejado con más preguntas de las que tenia al principio. Espero que esos enigmas que planteas y prometes desvelar me aclaren y que sea prontamente.

Luis A. Alonso dijo...

Las reflexiones pendientes son:
- los distintos tipos de cuento, y cómo se adaptan mejor a una u otra forma de contar.
- las distintas formas de contar, y cómo se adecúan o no a cada lugar donde se cuenta.
- la posibilidad de que lo que el cuentero ofrece y lo que el público espera, por un raro azar, coincida. (me viene a la mente aquella cita "A veces, la persona a la que amas y la que te ama son, con suerte, la misma")
- lo volátil del público de La Luna, que vuelve tan lentamente tras cada pausa en la temporada.
- y seguro que al hilo de esto saldrá algo más.